Nara es la primera capital permanente de Japón, conocida por sus templos históricos y ciervos amigables. La ciudad presenta atracciones como el Templo Todaiji, que alberga una de las estatuas de Buda de Bronce más grandes de Japón, el Parque Nara y el Santuario Kasuga Taisha. Nara es famosa por sus ciervos libres, considerados mensajeros de los dioses y sus edificios históricos bien conservados. La ciudad ofrece una visión única del antiguo pasado imperial y herencia budista de Japón.